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El Día Mundial del Saneamiento se celebra este 2020 bajo el tema “Saneamiento sostenible y cambio climático”.
El cambio climático y sus cada vez más frecuentes e intensos efectos como las inundaciones, las sequías y el aumento del nivel del mar, entre otros, pueden dañar los sistemas de saneamiento. Es por ello por lo que es importante establecer como meta que todos los sistemas, entre ellos las plantas de tratamiento, puedan resistir a estos efectos para que sean lo más sostenibles posible.
Las biofactorías, sistemas de saneamiento que contribuyen a combatir el cambio climático y a favorecer la economía circular
Este cambio de paradigma tiene un gran potencial. Los procesos de tratamiento de aguas residuales pueden ser una fuente sostenible de recursos (agua, energía y nutrientes, entre otros) para ser utilizados en otras industrias, promoviendo así el modelo de economía circular.
Desde Cetaqua trabajamos en proyectos en esta línea, que fomentan la recuperación y reutilización de los recursos, como:
• Recuperación de energía: A partir del biogás procedente de la digestión anaerobia de los lodos de depuradora se puede generar biometano. En el proyecto LIFE Nimbus, por ejemplo, se trabaja en la revalorización de estos residuos (lodos) procedentes de la EDAR del Baix Llobregat para producir combustible gas apto para el uso en el transporte y, de esta forma, fomentar el consumo de energía procedente de fuentes renovables.
• Recuperación de nutrientes: Además de energía, a partir de los fangos producidos durante el proceso de depuración, y del agua residual, también se pueden recuperar nutrientes con un gran valor agronómico para ser utilizados como fertilizantes. Un claro ejemplo de ello son LIFE Enrich y DigesTake. En ambos proyectos, desde Cetaqua se ha desarrollado un tren de tratamiento innovador que permite recuperar Nitrógeno y Fósforo de las aguas residuales.
• Recuperación de metales: Los procesos de tratamiento de aguas residuales permiten reducir al mínimo los vertidos generados por la industria minera y contribuir a la economía circular mediante la reutilización de la mayor parte del agua vertida y la recuperación de sustancias valiosas contenidas en las corrientes de procesos. Es el caso del proyecto europeo LIFE Remine Water ya que, mediante la combinación de tecnologías electroquímicas y Zero Liquid Discharge (ZLD), se busca recuperar recursos como el cobre y el zinc.
• Recuperación de productos de alto valor añadido: Proyectos como CIGAT-BIOFACTORÍA y ECOVAL nos permiten valorizar residuos orgánicos para la obtención de ácidos grasos volátiles (AGV). Estos productos con base de carbono se utilizan como materia prima para diferentes industrias como la plástica, petroquímica y de lubricantes, entre otras. Ambos proyectos abordan la sustitución de materias primas fósiles, por otras más sostenibles y de base bio generadas a partir de corrientes residuales. En Cigat Biofactoría también se está trabajando en la recuperación de compuestos antioxidantes como los polifenoles, con aplicación en industria cosmética y farmacéutica, a partir de residuos de las industrias vinícola y aceitera con el objetivo de fomentar la bioeconomía circular.
• Reutilización de agua: Aproximadamente el 80 % de las aguas residuales que genera la sociedad vuelve al ecosistema sin haber sido tratadas ni reutilizadas. Es en este contexto cuando el uso de agua regenerada procedente de las estaciones depuradoras se convierte en una gran alternativa sostenible para hacer frente a la escasez hídrica. El proyecto B-Water Smart se presenta como iniciativa innovadora para demostrar el potencial de la reutilización de agua mediante la implementación del Alicante Living Lab. Este espacio de innovación permitirá desarrollar tecnologías y soluciones digitales para hacer frente a la escasez de agua. En concreto, la planta depuradora de Rincón de León permitirá testear un conjunto de tecnologías para potenciar el modelo de biofactoría e identificar oportunidades circulares en la región de Alicante.