El biometano es un combustible de alta calidad y absolutamente renovable, con la ventaja añadida de que, al no tener un origen fósil, su contribución al cambio climático es neutra. Una alternativa a los combustibles fósiles que reduce los gases de efecto invernadero y ayuda a reutilizar los residuos orgánicos.
Este gas renovable se obtiene de la descomposición de materia orgánica mediante un proceso denominado digestión anaeróbica, a través del cual esta materia se descompone en ausencia de oxígeno. De esta forma, se obtiene un combustible con una composición muy similar a la del gas natural que se puede utilizar en sus mismas instalaciones, alimentando así hogares, negocios y vehículos.
Además, esta alternativa renovable puede implementarse también en cualquier otra actividad en la que normalmente se use gas natural fósil. Por todo ello, Oriol Casal, project manager de Cetaqua Barcelona, defiende que “el biometano, químicamente hablando, es ya el sustituto perfecto del gas natural”.
Y es que este tipo de gas “emite el mismo CO2 que se ha capturado de la atmósfera en su ciclo de vida y, además, reduce la altísima dependencia energética de Europa”. Sin embargo, este combustible sostenible cuenta con ciertas limitaciones como son los elevados costes de producción, la viabilidad de las pequeñas explotaciones o la dificultad de tratar residuos no fermentables.
Por ello, en Europa ya se están haciendo esfuerzos para mejorar el proceso de producción del biometano y reducir sus costes asociados, con el fin de fomentar su uso frente a combustibles fósiles. Con este marcado objetivo, desde Cetaqua nos alineamos con el Programa energético estratégico Europeo REPowerEU para ahorrar energía, producir energía limpia y diversificar nuestros suministros con dos proyectos europeos: LIFE NIMBUS y SEMPRE-BIO.
“Lo que estamos haciendo es usar lodos de depuradoras, entre otros residuos, para producir biometano y usarlo en el transporte público de Barcelona”, señala Oriol. Además, “estamos apostando por tecnologías innovadoras que, a día de hoy no tienen el grado de madurez para su implementación inmediata, pero que tienen muchísimo futuro como es el Power-To-Gas, que consiste en el almacenaje de los excedentes de la electricidad renovable en forma de combustible”.
El proyecto europeo LIFE NIMBUS busca promover un transporte más sostenible, mediante la generación de biometano a partir de lodos de depuradora y tecnologías Power-To-Gas, que convierten el excedente de energía renovable en un gas que también se utilizará en la producción de biometano.
Para ello, NIMBUS transforma la actual EDAR de Llobregat, que gestiona Aigües de Barcelona, en una biofactoría, una instalación generadora de valiosos recursos, apostando así por la economía circular al revalorizar los residuos generados en la planta de tratamiento para producir biogás. De este modo, al combinar el hidrógeno generado con las tecnologías Power-To-Gas y el biogás producido en la biofactoría, se genera biometano.
Como resultado, este proyecto reducirá la huella de carbono de los autobuses públicos en más de un 85 % mediante el uso de biometano como combustible. Liderado por Cetaqua, este proyecto cuenta con la participación de Aigües de Barcelona; Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y el grupo de investigación GENOCOV de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Liderado por Cetaqua, este proyecto cuenta con la participación de Aigües de Barcelona; Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y el grupo de investigación GENOCOV de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Más info en: www.life-nimbus.eu
Por su parte, SEMPRE-BIO, proyecto liderado por Cetaqua, está formado por un consorcio que involucra a 16 entidades de países europeos con experiencia en el ámbito de la investigación y el desarrollo tecnológico en europa. Su objetivo es reducir los costes de inversión y operación de las plantas de producción de biometano y extender su potencial de producción mediante nuevas rutas de valorización de residuos.
>> Consulta la web de SEMPRE-BIO
Del mismo modo, SEMPRE-BIO también plantea vías de monetización alternativas, como la valorización de CO2 biogénico o la comercialización de biocarbón. Con todo ello, se espera fomentar proyectos de economía circular y reducir la dependencia de las importaciones de gas natural y gas licuado (GNL).
A gran escala, este proyecto pretende promover el uso del biometano como sustituto de los combustibles fósiles utilizados en el transporte y la red de gas natural, con una reducción estimada de las emisiones de CO2 de 213 millones de toneladas al año para 2050.
El biometano es un combustible de alta calidad y absolutamente renovable, con la ventaja añadida de que, al no tener un origen fósil, su contribución al cambio climático es neutra.