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Hoy entrevistamos a Antoni Ginebreda, Doctor en Ingeniería Química por el Institut Químic de Sarrià, Barcelona en 1980, que realizó su post-doctorado en el Sloan-Kettering Institute for Cancer Research Rye, Nueva York, EE. UU en 1980-81.
Actualmente es Profesor de Investigación Completo en IDEA-CSIC (Barcelona), ocupando la cátedra titulada “Calidad del agua y su gestión”, en el Departamento de Química y miembro del consejo científico-técnico de Cetaqua Barcelona.
1. ¿Qué es para ti el agua y qué valor tiene este recurso?
Antes de hablar de términos como ‘recurso’ o ‘valor’ conviene descender a un nivel más fundamental y tener presente que el agua es un componente esencial de los seres vivos (nosotros somos aproximadamente un 70% agua), del que, por tanto, no podemos prescindir y debemos reponer mediante ingesta constante. Por la misma razón, la disponibilidad de agua de bebida y para la producción de alimentos es fundamental. Lo mismo puede decirse de los demás seres vivos, de ahí su importancia también para los ecosistemas, de los cuales nosotros somos no somos sino una pieza más.
2. ¿Qué camino te ha llevado a trabajar en el mundo del agua?
Mi implicación en el mundo agua data del año 1992, a partir de la creación de la primera Conselleria de Medi Ambient liderada por el Conseller Albert Vilalta, cuando entré a trabajar en Junta de Sanejament, que posteriormente se transformó en la Agència Catalana de l’Aigua.
El año 2008 pasé del ámbito de la gestión pública al de la investigación, incorporándome en el entonces recién creado Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IDAEA-CSIC), en el que actualmente estoy.
3. A nivel global, ¿a qué retos se enfrenta el sector? ¿Algún reto concreto para el área metropolitana de Barcelona a corto/medio plazo?
Los retos a los que debemos hacer frente, especialmente en nuestra área mediterránea, son de sobra conocidos y derivan de la situación de cambio global en la que nos encontramos inmersos. En ella confluyen tres factores interrelacionados: el cambio climático, el cambio de usos del suelo, y el cambio socio-económico. Todo ello puede resumirse, en lo que al agua se refiere, en una menor cantidad y calidad del agua disponible, y peor repartida en el espacio y el tiempo.
4. ¿Crees que con la ayuda de la digitalización y la innovación podremos hacer frente a estos? ¿Cómo?
La única salida posible a la situación de crisis mencionada solo puede venir de la mano de la investigación y el desarrollo tecnológico. La reciente crisis mundial sanitaria debida a la covid ha demostrado sobradamente que la única manera de hacer frente a problemas de ámbito global ha sido posible gracias a la investigación básica y aplicada, la innovación y el desarrollo tecnológico, uno de cuyos pilares es, evidentemente, la digitalización.
5. Y como sociedad, ¿hay algo que podamos hacer?
El grado de concienciación ambiental de nuestra sociedad es creciente, sobre todo entre las nuevas generaciones, y ello es una buena noticia. Quizá no lo es tanto, el desconocimiento sobre los aspectos científicos y técnicos que han permitido llegar a diagnosticar con bastante precisión la actual situación de crisis ambiental. Incluso, a veces, se detecta un cierto cuestionamiento de determinados sectores frente a la ciencia (los ejemplos recientes -incluso de negacionismo- son bien conocidos). Creo que debe hacerse hincapié en la educación y divulgación científica a todos los niveles de la sociedad, puesto que solo desde la ciencia podremos hacer frente a los retos globales que nos esperan.
6. ¿Qué labor destacarías de Cetaqua Barcelona?
El haber sido capaz de integrar de forma “sabia”, en primer lugar, a los mundos de la gestión y de la investigación del agua, que históricamente no siempre han estado alineados, y en segundo a las distintas disciplinas de conocimiento que configuran el poliédrico mundo del agua.
7. Explícanos un proyecto en el que hayas participado y del que sientas orgullo.
Podría citar varios, pero si tuviera que señalar uno, quizá el más significativo fue el proyecto nacional SCARCE, enmarcado dentro del programa Consolider Ingenio 2009-2014. Su coordinador fue el Prof. Damià Barceló desde el IDAEA-CSIC, y participaron 11 instituciones del resto del estado.
En este proyecto se estudió de manera multidisciplinar el impacto conjunto de la escasez de agua asociada al cambio global y la contaminación sobre los servicios ecosistémicos de las cuencas mediterráneas ibéricas. Tuvo su continuación a nivel europeo en el proyecto GLOBAQUA, financiado por la Unión Europea entre 2014-2019.
8. ¿Qué le dirías a las jóvenes generaciones para animarlas a trabajar en nuestro sector?
Les remitiría a la primera pregunta de este cuestionario y les recordaría que el origen de la vida se produjo en el agua, y que como componente esencial de los seres vivos, no podemos desentendernos de su preservación, ya que de ella dependemos de forma vital. Contribuir a mantener el acoplamiento armónico entre los ciclos natural y antropogénico del agua, de manera que tanto la conservación del medio ambiente como la satisfacción de nuestras necesidades queden aseguradas, es un reto profesional de primer orden al que vale la pena dedicarse.
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