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Hoy conocemos a Guadalupe Bru, investigadora en IGME (Instituto Geológico y Minero de España). Guadalupe también participa en el proyecto RESERVOIR que busca desarrollar un modelo sostenible de gestión de las aguas subterráneas. Hablamos con ella sobre la importancia de una gestión sostenible de los recursos hídricos, en especial de las aguas subterráneas, para visibilizar este recurso “invisible”.
1. El 19 de noviembre se celebraba el Día Mundial del Saneamiento y ponía en valor la importancia del acceso al saneamiento de las aguas, un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas junto al derecho del acceso al agua. ¿Cuáles cree que son los principales retos en estas materias actualmente?
Creo que el mayor reto es no comprometer las reservas, así como la calidad a medio y largo plazo, de este recurso fundamental para la vida. Debemos trabajar para que el acceso universal al agua llegue lo antes posible y, al mismo tiempo, garantizar la protección de los acuíferos, ríos, lagunas, humedales y otros ecosistemas acuáticos.
2. ¿Cuáles crees que deberían ser las prioridades en cuanto a la gestión del ciclo del agua?
A nivel mundial, la prioridad es que todas las personas tengan acceso a agua salubre. En España nos enfrentamos al reto de la reducción de recursos, por lo que deberíamos establecer un mayor control en las extracciones de las aguas subterráneas. Es necesario estimar las reservas de agua y calcular el impacto que tiene su extracción. Todas las acciones externas sobre un sistema natural, como los acuíferos, van a tener repercusiones y puede que también desencadenen efectos sobre otros ecosistemas. Por eso, es imprescindible estudiar el funcionamiento de estos sistemas y cómo se relacionan con el resto, así como garantizar su protección y conservación. Opino que, como sociedad, debemos cambiar de paradigma, evaluar nuestras verdaderas necesidades y adaptarnos de una manera realmente eficiente al medio natural. Debemos proteger los recursos finitos y dejar de ver nuestro entorno como una mera fuente de bienes para nuestro consumo.
3. Entre las múltiples áreas de investigación, se estudia en el IGME sobre los acuíferos y las aguas subterráneas en el territorio español. ¿Qué proyectos se están llevando a cabo en estos ámbitos?
Existen varios grupos de investigación dentro del Departamento de Aguas y Cambio Global del IGME que actualmente llevan a cabo diversos proyectos. Entre ellos, a mencionar “REACT (Grupo de Investigación recursos hídricos y ecosistemas relacionados en el marco del clima y el cambio mundial)”, “HYDRO-Lab (Respondiendo a los desafíos del Agua y el Calentamiento Global: Hidrogeología Ambiental y Grupo de Investigación de Cambio Global)” y “GIHAGS (Grupo de Investigación en Hidrogeología Aplicada y Energía Geotérmica Somera)”.
También hay otros grupos, como el de “Aguas minerales y termales” y el de “Observación de la Tierra, Riesgos Geológicos y Cambio climático (OBTIER)”. En este último, es en el que estoy trabajando actualmente.
En OBTIER trabajamos en aguas subterráneas en el marco de los desafíos del cambio climático y donde asimismo desarrollamos actualmente el proyecto RESERVOIR.
Por citar algunos de los proyectos a escala internacional en el IGME, RESOURCE tiene como objetivo demostrar el potencial de armonizar la información sobre los recursos de aguas subterráneas en acuíferos kársticos de Europa, así como la generación de un mapa a escala paneuropea.
Otro proyecto muy interesante es el NBS4WATER, que presenta soluciones basadas en la naturaleza para la gestión resiliente del ciclo hidrológico en zonas de montaña, y que estudia los sistemas tradicionales de gestión del agua de Sierra Nevada. También se llevan a cabo múltiples estudios sobre el funcionamiento de los sistemas hidrológicos de la península ibérica, escenarios de cambio climático y creación de metodologías y herramientas operacionales de control de las aguas.
4. La Unión Europea dispone de varios programas de financiación para la innovación e investigación, PRIMA, donde se enmarca el proyecto RESERVOIR, en el que IGME participa directamente. ¿Cómo se está progresando en la consecución de una gestión y explotación del ciclo del agua más sostenible gracias a estos programas de financiación?
En el caso concreto del proyecto RESEVOIR, el objetivo es generar modelos de deformación y de flujo de agua subterránea que ayuden a mejorar la gestión y la explotación de los acuíferos. Los modelos numéricos nos dan información muy valiosa, como la capacidad del acuífero para almacenar agua, en qué zonas las extracciones tienen un mayor efecto, o si el terreno se está compactando. Además, nos permiten hacer predicciones a futuro frente a diferentes escenarios. Estos modelos son complejos y necesitamos datos de entrada de calidad y representativos (como el número de pozos, volúmenes de extracción y medidas del nivel piezométrico) para poder calibrarlos, de tal modo que realicen simulaciones lo más cercanas a realidad. Los modelos nos dan información cuantitativa sobre los impactos de las extracciones, los riesgos asociados y el estado de los acuíferos. Todos estos conocimientos e información, se transferirán a los organismos de gestión de las aguas subterráneas para que, en base a ello, tomen las medidas que consideren más adecuadas.
Para garantizar que la transferencia de los resultados del proyecto sea la adecuada, lo primero que se hizo fue identificar las necesidades y requerimientos de todas las partes interesadas (comunidades de regantes y ganaderos, organismos de gestión, empresas de abastecimiento…).
Además de los modelos flujo, estamos integrando mediciones de la subsidencia del terreno en modelos que simulan la deformación de los acuíferos. Las mediciones se han obtenido mediante técnicas que emplean imágenes satélite de tipo SAR. Queremos identificar las zonas en las que se está produciendo subsidencia (cosa que no ocurre en todos los acuíferos sobreexplotados); y cómo evoluciona en el tiempo. La combinación de los modelos de flujo y los de deformación en modelos acoplados, pueden revelar información muy relevante, como la pérdida de capacidad de almacenamiento de agua en los acuíferos que se han compactado.
5. En el contexto actual de emergencia climática, ¿qué papel deberían adoptar los diferentes actores sociales, administraciones, etc. para avanzar de forma conjunta en la agenda climática? ¿Qué necesidades y/o oportunidades detectáis desde IGME?
El papel de la ciencia es seguir avanzando en el conocimiento sobre los complejos sistemas naturales, las interacciones entre ellos y el grado de impacto de las acciones humanas. Tiene la responsabilidad de transferir todo ese conocimiento a las Administraciones, que son las encargadas de la toma de decisiones y quienes se enfrentan al reto de contar con técnicos especializados que aseguren la efectividad de esa transferencia.
Si queremos una sociedad comprometida, es necesario educar, desde edades tempranas, en ciencia y en la importancia de conservar, respetar y adaptarse al medio natural. Todo ello requiere implicación política, social y por supuesto financiación.
6. IGME, como organismo dedicado a la investigación de la geología española, tiene una importante labor de investigación y generación de conocimiento de gran valor para la comunidad científica y para la sociedad. ¿Cómo se realiza la transferencia del conocimiento a los diferentes actores? Y, una vez transferido el conocimiento, ¿cómo trasciende a proyectos que buscan ofrecer soluciones a estas problemáticas?
La mayoría de datos generados por el IGME (como cartografía geológica, bases de datos o inventarios) están en abierto para su consulta y descarga desde la web de la institución.
Opino que la política de datos libres y en abierto es fundamental para la colaboración y el avance del conocimiento. Además, el IGME recibe consultas desde las Administraciones; y mantiene convenios y proyectos de colaboración con otras Instituciones públicas y con empresas. Quizás el ejemplo más común de la trascendencia de los productos generados por el IGME sea la cartografía geológica y de riesgo, consultada en los estudios geológico-geotécnicos de todo proyecto de obra civil.
Otro ejemplo más concreto de transferencia referente a gestión del agua, sería el asesoramiento hidrogeológico por parte del IGME a las Confederaciones Hidrográficas, Diputaciones y la propia Dirección General del Agua (DGA).